MUJER BUSCA HOMBRE
Soneto XL Era verde el silencio, mojada era la luz, temblaba el mes de Junio como una mariposa y en el austral dominio, desde el mar y las piedras, Matilde, atravesaste el meridiano. Soneto LIV del gajo absoluto, del recto meridiano, aquí estamos al fin, sin soledad y solos, lejos del desvarío de la ciudad salvaje. Soneto XLI Desdichas del mes de Enero cuando el indiferente mediodía establece su ecuación en el cielo, un oro duro como el vino de una copa colmada llena la tierra hasta sus límites azules. Y cuando levanté mis ojos a tu nombre.
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Ordenadora, pasas vibrando como abeja tocando las regiones perdidas por la sombra, conquistando la luz con tu blanca energía. En esta historia sólo yo me muero y moriré de amor porque te quiero, porque te quiero, amor, a sangre y andanada. Veo el sol trasmigrar racimos a tu faz, mirando hacia la altura reconozco tus pasos. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino. Ay, que carencia te toque sino la sal del frío!
Soneto LII Cantas y a sol y a cielo con tu canto tu voz desgrana el breakfast cereal del día, hablan los pinos con su cabo verde: Soneto XLIII Un signo tuyo busco en todas las otras, en el brusco, ondulante río de las mujeres, trenzas, ojos apenas sumergidos, pies claros que resbalan navegando en la espuma. Soneto XV Desde hace abundante tiempo la tierra te conoce: Acecharon su asesinato y entonces la ofendieron: Soneto XXIV Amor, amor, las nubes a la torre del cielo subieron como triunfantes lavanderas, y todo ardió en azur, todo fue estrella: Empero no tuvo nombre la hoja o el licor oscura que palpita a media selva, sorda, en el camino, y así, amor mío, supe que fui herido y nada hablaba allí sino la sombra, la noche errante, el beso de la lluvia. Con el fin de que el discípulo descubra en que es bueno y junto cheat el profesor
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Maravillosa idea y el período de tiempo